miércoles, 25 de abril de 2012

A. E. V -Muerte y vida de las grandes ciudades.

Apuntes de Jane Jacobs
En este texto lo que nos expone es el punto de vista sobre la ciudad que nos expone Jane Jacobs en su libro “Muerte y vida de las grandes ciudades Americanas”. En este libro Jane Jacobs no utiliza tecnicismos para explicar su punto de vista, crea un discurso para que se comprenda de mejor manera.
Los problemas, las amenazas que Jane Jacobs veía en la dispersión territorial, en la segmentación de usos, en la primacía del vehículo privado, en la destrucción de barrios para la “modernización” de la ciudad, la inseguridad derivada de los usos segregados siguen siendo similares. Este modelo de crecimiento urbano es ineficaz en todos los niveles (social, económico…) y se están fijando y no deberían otros lugares donde no es originario este tipo de métodos.
Jane es defensora de un tipo de vida urbana que garantice a las personas ciertas capacidades y elecciones. La libertad que concedía las ciudades ha dejado de ser una cualidad en nuestras ciudades y es algo común encontrarnos con cámaras de vigilancia en los espacios públicos y con una fuerte presencia policial para “vigilar” en los barrios con mayores índices de “delincuencia”.
En nuestras ciudades vemos que las personas que tenemos alrededor exponen un estricto control sobre la vida de las personas. Lo que expone Jane defiende un modelo de seguridad basado en la confianza en el vecindario, en el conocimiento mutuo.
El civismo o respeto mutuo y el sentimiento de comunidad no se generan entre la población a golpe de normativa, sino a través de la creación de espacios donde la gente pueda compartir su tiempo y pensamientos. Para Jacobs lo más importante era la relación de las personas con el espacio público.
La autora arremete contra el imperio del coche en las ciudades, en las que la circulación de peatones y vehículos no motorizados queda supeditada a la circulación de automóviles privados.
Hace una reflexión sobre urbanismo actual, reciente  y nos muestra que la ciudad o el territorio urbanizado segrega funcional, la dispersión y la desaparición de la complejidad urbana.
Crítica dos paradigmas que han contribuido a modelar las ciudades son suburbios residenciales: Arremete contra la simplificación que ha Le Corbusier de las calles, transformándolas en vías o cintas limpias sin obstáculos ni vida, por las que sólo discurren vehículos privados, desaparece el espacio público. Y por otro lado censura ideas, niega contactos efímeros, y se da entre poblaciones muy homogéneas.

Expone ideas para volver a hacer ciudad desde el punto de vista que no defiende la ciudad sin planificar, sino luchar contra la ciudad del mando del más fuerte, donde las jerarquías sociales se imponen en el uso del espacio, mientras que las minorías son invisibles.
Para qué continúe la pervivencia de ideas Jane expone que todas las ciudades necesitan transformaciones, adecuaciones y mejoras urbanas así como viviendas diversas y asequibles. La construcción de la ciudad futura se ha de nutrir de diversidad y complejidad, de una práctica que incorpore múltiples variables de la realidad, basándose en un urbanismo de abajo a arriba.
El pensamiento de Jane Jacobs es hoy más vigente que cuando lo escribió.
REFLEXIONES Y APORTACIONES


USO DE LAS ACERAS:  INCORPORACIÓN 
Este texto nos presenta una posición interesante y en la que estoy totalmente de acuerdo que es, que una población infantil está condenada a jugar en las calles de la ciudad.
Hablar que si fuéramos capaces de sacar a estos niños de las calles a parques y patios de recreo equipados adecuadamente, con espacios abiertos para correr y hierba para elevar sus espíritus veríamos lugares llenos de risa.
Nos cuenta una historia real en la que Guggenheim estaba trabajando un film que recogía las actividades de un centro de cuidado diurno de niños, observó que a última hora de la tarde, la mitad de los niños salían del centro con evidente mala gana.
Guggenheim decidió proceder a una urbanización próxima, alegremente en los que los niños volvían a los grupos de viviendas nuevas, con sus generosos patios de recreo, se topaban con un grupo de matones que los obligaban a vaciar sus bolsillos o les daban una paliza y estos siempre elegían su forma más segura de escapar a esta situación.
Estos niños se sienten seguros y gallitos y disfrutan de su vuelta a casa, el autor de esta historia observó que los patios de recreo eran aburridos y que tenían cierto parecido a los desiertos.
Otra historia entre bandas adolescentes culminó con la muerte de una muchacha. Los hechos ocurrían  en un parque y un espacio verde de una urbanización, las bandas callejeras libran sus peleas en lugares de recreo y parques (donde ocurren las peores). En esta misma ciudad el mayor índice de delincuencia coincide exactamente con las áreas de urbanizaciones.
Las mismas reglas de seguridad urbana y de vida pública urbana que se aplican a los adultos se aplican también a los niños, con la salvedad de que los niños son más vulnerables al peligro y a la barbarie que los adultos.
En los terrenos de juego donde se habían perpetrado el nocturno crimen, las cosas también parecían haber vuelto a la normalidad. Evidentemente, no todas las aceras de una ciudad están sometidas a una vigilancia, las aceras infrautilizadas no están sometidas a una vigilancia mínima necesaria para la educación de los niños. Tampoco son seguras pero tienen pares de ojos sobre ellas.
No todos los parques y recreos son inseguros o pobres en vigilancia adulta (vida de acera pública civilizada), pueden salir pero no deben salir de la acera.
Llevar de alguna manera a los niños a las modernas supermanzanas y sacarlos de las calles y de la sana vigilancia es una opción no muy considerable y aburrida.
Hasta aquí en el texto se ha centrado en el aspecto negativo de la crianza de los niños de las ciudades: el factor de la protección (niños de sus propias tonterías, de los adultos proclives al mal, lugares adecuados para los niños, y de que las calles son lugares no adecuados para los niños.
Las calles son lugares adecuados para los niños, y de que las calles son, también por definición, lugares no adecuados para los niños ya sea por seguridad y protección.
Los niños de una ciudad necesitan una gran variedad de donde poder jugar y aprender, practicar toda clase de deportes, base de operaciones en el exterior. Las bibliotecas, museos acortan su horario, principalmente  el de las secciones infantiles.
En la vida real, los niños sólo pueden aprender de la vida en común de los adultos en las aceras de la ciudad, los niños de una ciudad necesitan una gran variedad de donde poder jugar y aprender, practicar toda clase de deportes, base de operaciones en el exterior.
Las bibliotecas acortan su horario, principalmente el de las secciones infantiles, las aceras son más interesantes conforme los niños van creciendo, todas esas actividades exteriores accidentales, pasear en grupo, los flirteos, las conversaciones, la mediación de fuerzas.
USO DE LAS ACERAS :CONTACTO

Las ciudades están llenas de gentes con las que es útil y divertido establecer un determinado grado de contacto, pero con las que no se quiere estar a partir un piñón. Y ellas tampoco quieren partirlo contigo.
Esta convicción se llama confianza se hace con el tiempo a partir de contactos públicos en sus aceras.
La mayoría de esto es trivial, pero su suma no lo es en absoluto. La ausencia de esta confianza es un desastre para las calles de una ciudad. Su cultivo no puede institucionalizarse.
La vida pública y casual de las aceras está en relación con los otros tipos de vida pública. Los urbanistas suponen que las asociaciones urbanas de carácter formal surgen directamente del anuncio de unas reuniones, de la presencia de lugares de reunión y de la existencia de problemas de obvio interés público.
La intimidad es algo apreciado en la capital, en los asentamientos pequeños todo el mundo conoce tus asuntos. La literatura urbanística y arquitectónica trata el problema de la intimidad en términos de ventanas, panorámicas, trayectorias visuales. La idea es que si nadie puede cotillear el interior de la vivienda se mantiene la privacidad. Lograr intimidad ante una ventana es fácil, no hay nada mas que echar los visillos o cerrar persianas.
Una vecindad logra un milagroso equilibrio entre la decisión de sus moradores de conservar su intimidad y su deseo de establecer diversos grados de contacto, esparcimiento y ayuda con los vecinos. Este equilibrio se compone de detalles administrados con la sensibilidad.
Lo importante no es la clase de servicio que los establecimientos prestan, sino el carácter de su propietario. Todo el mundo busca consejo y los respeta, porque son hombres y mujeres de sentido común y mucha experiencia.
Un concepto a tener en cuenta es el de cercanía  que es una expresión que nos expone a compartir muchas cosas, resulta destructiva en las ciudades. La obligación de compartir demasiadas cosas distancia a la gente.
Cuando un área de una ciudad carece de vida de acera, los vecinos tienen que ampliar sus vidas privadas si quieren tener algo que se parezca a un contacto equivalente con sus vecinos.
La acera ha sido ensanchada y pavimentada con gusto, se ha conseguido reducir el tráfico rodado por la calzada, se han plantado árboles y flores y can a colocar una escultura, sin embargo no hay tiendas.
Muchas de las cosas que suceden en esta acera-aparque sin vida ciudadana y pública suceden a veces en urbanizaciones de clases medias tipo Ciudad Jardín.
En las capitales lo corriente ese que de ahí no resulte nada. En las áreas urbanas que carecen de una vida pública natural y casual es normal que los vecinos se aíslen unos de otros hasta extremos fantásticos.
La estructura social de las aceras depende, al menos parcialmente, de lo que podríamos llamar personajes públicos autodesignados. Un personaje público es cualquier persona que mantenga un contacto frecuente con un amplio círculo de personas lo suficientemente interesado para convertirse en personaje público.
La mayoría de los personajes públicos de las aceras suelen aposentarse en lugares públicos. Estos son los personajes públicos básicos.
Entre los personajes públicos anclados en las aceras y esos otros personajes públicos deambulan por las mismas para la aparición de otros personajes públicos más especializados.
Estos personajes públicos no se limitan a enterarse de las noticias y difundirlas después al detalle, valga la expresión. Ponen en contacto también a unos con otros y así difunden palabra al por mayor.
La eficacia de los personajes públicos de las aceras puede declinar si se les encarga demasiado. Por ejemplo , las tiendas respecto a los centros comerciales, los quioscos…
El contacto público en las aceras y la seguridad pública de éstas pueden incidir la segregación y la discriminación racial.
Construir y reconstruir grandes capitales con aceras inseguras y cuyos moradores sólo tienen la alternativa de compartir mucho o nada, puede hacer muchísimo más difícil a las ciudades americanas la tarea de eliminar la discriminación.
ALEJANDRO ESCRIBANO VILLEGAS

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